UN DIA EN LA CIUDAD CONDAL

Como diría mi amigo Ángel Sanchidrian en una de sus Sinopsis de cine, ayer estuve en Barcelona y os voy a contar un poco.

Pero el caso es que Barcelona da para contar mucho. Excursión que no viaje, puesto que hacer recorrido en un día y ver casi de todo te sabe a poco, y si además la mayor parte del tiempo vas discutiendo con los niños ya os podeis imaginar; al final, en el trayecto de vuelta vas pensando: esto no lo hemos visto, no hemos ido allí, etc.

De todas formas en un día se puede disfrutar , y si queda algo por ver pues lo dejais para otra ocasión, que ya sabeis que con el tren estais en un amén.

Nosotros empezamos de buena mañana, casi desayunando en el tren de las 6:30, de esa forma llegamos con el fresquito mañanero y nos dirijimos directamente al objetivo primordial de nuestro viaje: comprar butifarra, espetec y demás manjares en el Mercat de Sant Josep, en La boqueria. Un zumo natural para reponer fuerzas y Paseo de Gracia arriba, para tomar el camino a la Sagrada Familia, donde no pudimos evitar comprar un sueter con la insignia del Barça, es lo que hay cuando padre e hijo son futboleros.

Y después de ver la Catedral y recorrer los barrios de La Ribera y Ciutat Vella parada y fonda en la Plaza de la Villa de Madrid para reponer energias en el Ateneo.

La tarde resultó más calurosa, y que mejor para refrescarse que un paseo por el puerto: Monumento a Colón , Maremagnun y vista de Montjuic. Aunque lo que más gustó a mis chicos fue el yate de Steph Jobs anclado allí, que le vamos a hacer.

El último trayecto fue desde el Parc de la Ciutadella hasta el Passeig de Gràcia y de ahí a la estación de Sants.

Risas, cansancio, juegos, metro, autobús, fotos, compras, sorpresas, y yo que sé cuantas cosas más. Al final dormidos todos en el tren.