UN BOSQUE PARA EL SUEÑO ETERNO

                         

Si bien es cierto que cuando paseamos por un bosque afloran diversos sentimientos, también es verdad que en ciertas ocasiones nos gusta adentrarnos en lo desconocido. Al atravesar la naturaleza sentimos, por un lado, la paz inconmensurable que se respira en el ambiente, la tranquilidad,el trino de los pájaros, el sonido de las hojas mecidas por el viento...por otro, la sospecha, el miedo a que algo nos ataque o el temor a perderse.

En Japón, muy cerca del Fujiyama,, en Yamanashi, existe un lugar entre mágico y tenebroso, conocido por el sobrenombre de Mar de Árboles, que hoy en día es más visitado por la curiosidad que despierta que por el placer de recorrerlo. Aokigahara es un bosque de hermosura extrema, tristemente conocido por ser el lugar donde muchas personas han decidido acabar con su vida.

Tanto es así, que incluso a la entrada del bosque hay un cartel que avisa al posible suicida, que le advierte que si pasa de allí tal vez no haya camino de vuelta, y sobre todo, te recuerda que no debes adentrarte solo, por lo que pueda pasar.